PANORAMA POLÍTICO LOCAL |Negociaciones por la suba de tasas
Por Ramiro Melucci para diario El Atlántico
El bloque oficialista salió a la caza de votos para consolidar las ordenanzas fiscal e impositiva. La asamblea clave es el viernes 19. El problema para el Gobierno es que los mayores contribuyentes responden a la vieja composición del Concejo. La decisión de encomendarle a una empresa del Banco Provincia la gestión de cobro de la deuda tributaria crispó a la oposición.-
Los que se acaban de ir y los que vendrán son días de charlas pendientes, de conversaciones reservadas, de reuniones secretas. El oficialismo tiene una gran necesidad y una inocultable dificultad. Necesita aprobar cuanto antes las ordenanzas fiscal e impositiva elevadas por el gobierno de Gustavo Pulti, pero para eso debe sortear el duro escollo de la asamblea de concejales y mayores contribuyentes prevista para el viernes 19. Si no consigue los votos para hacerlo, no le quedará más remedio que posponer el debate para mediados de mayo.
La dificultad radica en que los mayores contribuyentes todavía responden a la vieja composición del Concejo Deliberante, en la que los opositores eran más que los oficialistas. Recién a mediados de mayo cambiará esa conformación esquiva a Pulti. El intendente, sin embargo, emitió la orden de que se buscaran los consensos necesarios para que las ordenanzas sean sancionadas en la asamblea de dentro de diez días. Sus concejales están ahora con la calculadora en la mano contando los votos que le ofrendarán el triunfo o le inflingirán una derrota.
De los 48 integrantes de la asamblea -24 concejales y 24 mayores contribuyentes-, Acción Marplatense necesita 25 votos, la mayoría absoluta, para consolidar el aumento de tasas y derechos aprobado en forma preliminar en el último plenario. Ya en esa sesión, que asomaba mucho más simple que la próxima, el oficialismo debió apelar al voto doble del presidente del Concejo, Marcelo Artime, para que las normas empezaran a caminar. Es un síntoma de la cuesta que debe remontar el bloque de Pulti para sellar el aumento.
Los negociadores del oficialismo explorarán hasta último momento todas las alternativas para llegar al número mágico de votos. Lo primero que hicieron fue asegurarse el voto de algunos mayores contribuyentes que responden a concejales cuyos mandatos expiraron el 10 de diciembre. Pero tienen dos barreras infranqueables: una es el radicalismo, que no aportará ni un voto para el aumento de tasas, y la otra es que medio Concejo ya se pronunció en contra de las iniciativas.
¿Cómo hacer para que un concejal que se opuso en la votación preliminar apoye las normas en la sesión definitiva o para que, al menos, autorice a su mayor contribuyente a votar con el oficialismo? Es una misión prácticamente imposible. “Pero haremos el intento”, se juramentaron los concejales de Pulti en la última reunión de bloque.
Un dato importante es que José Cano, el ex secretario para la descentralización administrativa, desembarcó en el Concejo vestido de oficialista. Habló bien del intendente y del secretario de Economía. Defendió el Presupuesto y el aumento de tasas. Llamó a la búsqueda de acuerdos con la oposición para votar esas normas. Hasta parece un exceso para alguien que, unos días antes, Acción Marplatense no sabía si contarlo como propio o como extraño.
Pulti ha dicho que nunca frenó un proyecto de gobierno en su época de concejal opositor. “La única vez -matizó- fue cuando se quería recortar el sueldo de los municipales”. También dijo que si las ordenanzas fiscal e impositiva no se aprueban ahora el Municipio “se perjudicaría enormemente”. No siempre sostuvo lo mismo.
En febrero de 2006, Katz gobernaba el Municipio y llegaba a una situación similar en el Concejo por las ordenanzas fiscal e impositiva, que también contenían un aumento de tasas. En el primer tratamiento, el oficialismo de entonces (la UCR) logró los votos para aprobar las medidas, pero dos semanas después se topó con una conformación de mayores contribuyentes en la que tenía minoría.
Para evitar que la oposición tumbara las ordenanzas, el radicalismo no dio quórum y Katz retiró del Concejo la suba de tasas. Entre los bloques opositores que festejaron esa decisión como un triunfo estaba el de Acción Marplatense, con Pulti como estandarte.
Esas normas impulsadas por Katz y por su secretario de Economía, Gustavo Schroeder, introducían un fuerte cambio en las zonas fiscales y cambiaban la denominación de la principal tasa: dejaba de llamarse “ABL” y pasaba a ser conocida como de “Servicios Urbanos”. Pero, por la férrea negativa opositora, recién se terminaron sancionando en julio. Es evidente que en ese entonces la demora no “perjudicaba enormemente” al Municipio.
Las modificaciones de Pulti y de Mariano Pérez Rojas son distintas pero igualmente claves. Hay un incremento de entre el 19 y el 21% en la principal tasa, una suba del 12% en los derechos y otra de un 10% en Seguridad e Higiene. Lo que se recaude por ese último rubro el Gobierno lo destinaría a un fondo para promover el turismo. La pregunta que se hace la oposición es si es justo que un comercio barrial pague el mismo aumento que uno céntrico. “¿Acaso los dos se benefician de la misma manera con el turismo?”, se interrogan esas bancadas.
El otro asunto que levantó polvareda en la semana fue el anuncio de Pulti de firmar un contrato con una empresa del Banco Provincia para recuperar la deuda acumulada de los contribuyentes, que supera los 250 millones de pesos, sin contar los títulos que están en manos de apoderados externos. Los partidos de centroizquierda fueron los que primero pusieron el grito en el cielo: ni siquiera en los '90, repitieron a coro, se llegó a la “privatización” de la gestión de cobro.
El intendente está convencido de dos cosas. La primera: no puede haber privatización alguna cuando la empresa que contratará el Municipio (Bapro Mandatos y Negocios) “es cien por ciento estatal”. La segunda: privatizaciones fueron las que hicieron los gobiernos radicales que lo antecedieron cuando contrataron a los abogados externos que quisieron.
“¿Por qué la Municipalidad no puede hacer la gestión de cobro de las tasas en mora?”, le han preguntado en la intimidad de su despacho. “Porque para eso tendríamos que contratar a 100 empleados. Y sería un escándalo”, fue la respuesta que balbuceó. Pulti prefiere un debate sobre un acuerdo con el Banco Provincia antes que entregarles la misión a apoderados externos, que en promedio recuperan un 30 por ciento del monto que se les da para recuperar.
La oposición aprovechó de inmediato el flanco que le dejó el Gobierno. “¿Para qué existe, entonces, la Agencia de Recaudación Municipal”, se preguntó. El Ejecutivo también jugó rápido sus cartas: reveló, con fruición, que Daniel Katz había gestionado un acuerdo con la Universidad Tecnológica Nacional para cobrar los derechos de Publicidad y Propaganda a cambio de una comisión muy superior a la que cobraría ahora el Banco Provincia.
En este último caso, la historia le hizo a Pulti un guiño para diezmar argumentos radicales. Pero ese es un lujo que el intendente, por su pasado de opositor acérrimo, no en todos los debates se puede dar.
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