viernes, diciembre 10

El rock no es ideología

por el Indio Solari

Lo que es difícil de entender es que gente que se ha nutrido de información totalmente contestataria y enfrentada con el sistema vaya hoy a pedir la bendición del sistema. Esa es una actitud que ahora suele verse entre los músicos, la de ir a pedir la aceptación, la de ir a buscar la recompensa. Hay circuitos que son inconmovibles y no hay que recurrir a ellos.
Lo mismo sucede con esa especie de defensa desesperada del "rock nacional". Tal cosa no existe. La cultura del rock es universalista y no localista, porque habla de cosas que le pasan a la especie. En el rock existía una voracidad cultural y se incorporaban filosofías o búsquedas de todas partes del mundo, incluyendo Oriente. Además el rock nunca fué música de nativos sino de inmigrantes. Nace con los negros en EE.UU. Hablar de rock nacional es casi un disparate.
Tenemos que diferenciar bien aquello del rock contestatario ( por dónde se desplazaba una serie de informaciones que el sistema tenía encubiertas o negadas) del rock "business" que tiene más que ver con las decisiones personales o jubilaciones personales de algunos músicos pero que no pueden involucrar al rock en su totalidad. El que conoce la diferencia va a preferir vivir más mraginado y no vender bocaditos Cabsha.
Existe una especie de tacto existencial que te permite registrar la verdad o falsedad de las cosas, no es algo intelectual, es más bien intuitivo. Ese tacto registra una impresión muy desagradable cuándo alguien pregunta cómo anduvo el recital y te contestan:
-"Muy bien, metieron 2000 personas".-
No contestan que fué un magnífico recital, que hubo mucha emoción, fué una fiesta. Contestar con cantidad de personas parece como contar dinero.

miércoles, diciembre 8

A 30 años del asesinato de John Lennon

Un 8 de diciembre de 1980, el mundo entero se paralizaba con la noticia de que John Lennon, el legendario integrante de los Beatles, había sido asesinado en Nueva York. Mark David Chapman, que actualmente cumple una condena a cadena perpetua por el brutal crimen, acabó con la vida de un hombre muy talentoso, que además fue un filántropo y activista a favor de la paz en el mundo.
John Lennon estaba parado en la entrada del edificio Dakota, a metros del Central Park, en Nueva York, cuando de la nada Mark David Chapman, un fanático y desequilibrado, lo asesinó a balazos. Su muerte representó el final de una época; el mundo ya no volvería a ser el mismo. No obstante, el legado de John Lennon sigue vigente, y su música aún vive en millones de personas que la siguen disfrutando todos los días.

Tras su asesinato una noche de diciembre en Nueva York, Lennon se convirtió en leyenda y símbolo de una época, que sigue siendo objeto de libros y películas al cumplirse 30 años de la muerte. El ex Beatle se había convertido desde hacía tiempo en pacifista, luego de casarse en segundas nupcias con la japonesa Yoko Ono, con quien tuvo a su hijo Sean.

El asesino, Mark Chapman, un joven inestable que en ese momento tenía 25 años, admitió que cometió el homicidio y afirmó que lo hizo porque quería llamar la atención. Condenado a cadena perpetua, está detenido en la cárcel de Attica, al norte de Nueva York. Se le negó seis veces la libertad condicional, la última vez en septiembre pasado. Yoko Ono se opone a la liberación del asesino de su marido, por temor por su propia seguridad y la de su hijo Sean Lennon, que tiene 35 años.

Cada año, los admiradores de Lennon se dan cita el 9 de octubre y el 8 de diciembre en una zona de Central Park bautizada "Strawberry Fields", por el título de una canción de los Beatles. Un mosaico en el suelo lleva la inscripción "Imagine", uno de los temas más famosos compuestos por Lennon en 1971 tras la separación de la banda de Liverpool.

"Todos mis estudiantes conocen 'Imagine', un canción que hoy en día está hasta en los ascensores o en la sala de espera del dentista", comentó Robert Thompson, profesor de cultura pop de la Universidad de Syracuse. "El apogeo de los Beatles y de John Lennon solista ya había pasado cuando murió, pero su asesinato puso un punto final al sueño de ver a los Beatles reunidos nuevamente, y convirtió inmediatamente a John Lennon en leyenda", agrega, comparándolo a James Dean, Elvis Presley o Michael Jackson.

Por otra parte, "Lennon murió, pero Yoko Ono no. Ella se ocupó de mantener viva la llama", agrega Robert Thompson, según el cual John Lennon, por su aspecto, sus anteojos redondos, su pelo largo y sus comentarios pacifistas, simbolizó toda una época. El año pasado, Yoko Ono organizó una exposición sobre los años de John Lennon en Nueva York, y la viuda sigue animando el sitio www.johnlennon.com.

A fines de noviembre la televisión norteamericana difundió "LENNONYC" realizado por Michael Epstein, que relata la vida en Nueva York del autor de "Working Class Hero", entre otros grandes clásicos de la música contemporánea. Por otra parte, la primera biografía filmada sobre el más famoso de los Beatles, "Nowhere Boy", obra de Sam Taylor-Wood, se estrenó en octubre pasado en Estados Unidos, coincidiendo con los 70 años del nacimiento del músico.

El culto dedicado al artista llega hasta las subastadoras: el manuscrito de "A Day in the Life", una de las canciones más famosas del grupo, se vendió en junio pasado por 1,2 millón de dólares, más del doble de lo previsto.

En 1980, el odio y el fanatismo extremo terminaron con la vida de un activo militante por la paz mundial y un prolífico músico. Lennon dejó trágicamente este mundo, demasiado rápido. Acababa de cumplir 40 años.

www.observadorglobal.com

martes, diciembre 7

Riesgo ambiental, una deuda con la niñez

La mitad de los niños y adolescentes argentinos vive en lugares con alto índice de vulnerabilidad social, en su mayoría en el noroeste y noreste, afectada por la falta de saneamiento básico y la contaminación agraria e industrial.


Cada tantos kilómetros, las acogedoras poblaciones del interior de Tucumán y de Jujuy tienen accidentes no previstos por la topografía: montañas de bagazo de caña que se acumulan a la intemperie. Cuando ese residuo se humedece, lanza esporas que, al mezclarse con el aire, provocan una enfermedad muy común en el norte argentino, la bagazosis, una variante de neumonitis crónica que algunos desprevenidos confunden con alergia. Este es sólo uno de los casos que explican por qué el 52 por ciento de los niños, niñas y adolescentes argentinos (casi seis millones en el censo 2001) vive en lugares con alto o muy alto índice de vulnerabilidad social y riesgo ambiental, de acuerdo con un estudio elaborado por la Defensoría del Pueblo de la Nación con la colaboración de la OPS, la OIT, Unicef y el Pnud, en base a estadísticas del gobierno nacional y de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales (Uatre).
El Atlas de riesgo ambiental de la niñez de Argentina, un libro que será presentado en los próximos días, indica que el 58 por ciento de los menores de 18 años habita municipios donde la falta de saneamiento básico lo expone a enfermedades. Las situaciones más graves se dan en zonas de Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes, Santiago del Estero, Jujuy, Salta, Tucumán y el segundo cordón del conurbano bonaerense. En tanto, un 42 por ciento de esa franja etaria es sometido a contaminación industrial en los grandes centros urbanos del país. Sin embargo, el peligro de toxicidad mayor se observa en localidades rurales de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Santiago del Estero y Chaco, donde el 29 por ciento de los niños se halla en riesgo debido al uso de agroquímicos y a la contaminación natural que generan cultivos como la caña de azúcar y el algodón.
Para elaborar el Índice de Vulnerabilidad Social de la Niñez (Ivsn), la Defensoría tomó cinco parámetros, según explicó la titular del Área Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del organismo, Cristina Maiztegui: “Uno, niños con necesidades básicas insatisfechas porque no era suficiente el índice de pobreza; dos, mortalidad infantil en menores de un año, con datos oficiales del Ministerio de Salud; tres, niños que viven con un jefe de hogar que no tiene empleo; cuatro, niños sin plan médico, y cinco, se consideró la cuestión educativa a las mujeres en edad fértil que tienen menos de cuatro años de escolaridad aprobados, porque son un buen indicador de reproducción de esa vulnerabilidad social”. El Ivsn se combinó luego con las amenazas causadas por la carencia de cloacas y agua potable, y por las actividades productivas agrícola e industrial, con lo cual se arribó al Índice de Riesgo Ambiental.
El Atlas sería apenas una suma de guarismos, si no fuera que tienen tanta incidencia en la salud de los argentinos. En efecto, estadísticas de la Organización Mundial de la Salud aclaran que el 36 por ciento de las muertes de niños de 0 a 14 años responde a riesgos ambientales. Además, establecen que en las últimas cuatro décadas la perspectiva de vida aumentó 18 años en los grandes centros urbanos y sólo cinco en algunas zonas rurales sin desarrollo. “Generamos mucha riqueza, abundantes balances de pago, se exportan minerales, se produce mucho, tenemos un PBI inmenso, pero tenemos que preguntarnos qué estamos haciendo con nuestros recursos naturales y con la gente”, resume el problema Maiztegui, y propone: “El Atlas de riesgo ambiental apunta en última instancia a que se puedan establecer políticas públicas en base a este diagnóstico. Un diagnóstico desde la gente, desde la niñez, orientado a proteger la niñez”.
El riesgo de contaminación también puede ser leído como una metáfora histórica del país: durante las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón (1946-1955), el Ministerio de Salud obligó a todos los ingenios del país a construir hospitales para paliar los efectos ambientales del desarrollo. En cambio, la última dictadura militar traspasó esos centros asistenciales a la órbita pública y deslindó así la responsabilidad de quienes provocan esa contaminación. Otra deuda que tenemos con nuestros hijos.

José Luis Cutello para Caras y Caretas