Decía Walter Benjamín que un libro de citas de otros, sería un libro perfecto, ya que estas enriquecen lo nuestro y convierten nuestra obra en una “obra colectiva”. Lejos de la perfección se encuentra esta iniciativa, pero si vale como lugar donde compartir distintos textos, con el sentido de entender este día a día que nos toca en el mundo. La intención no será cambiarlo, sólo la de tratar de entenderlo.
sábado, abril 3
Prevencion contra el virus A (h1n1)
Con la llegada del otoño, los fantasmas de la gripe A (H1N1) resurgieron con fuerza, algo que se puede constatar en el interés que despertó en la gente el comienzo de la vacunación contra la enfermedad. El Ministerio de Salud de la Nación lanzó a fines de febrero la campaña nacional para inmunizar a los grupos de riesgo y esta semana se comenzó a vacunar en los centros privados. PERFIL consultó a expertos para entender las claves sobre la vacunación antigripal 2010, herramienta fundamental para frenar el virus que al año pasado provocó en el país 12 mil casos y 626 muertes.
1¿Qué vacunas existen contra la gripe A (H1N1)?
En el país hay dos: la monovalente y la trivalente. La primera protege sólo contra el virus de la gripe A (H1N1) y es la que adquirió el Ministerio de Salud de la Nación para aplicar en forma gratuita a los grupos de riesgo. En cambio, la trivalente protege contra la gripe A y la estacional (virus H3N2 y tipo B) y se adquiere en farmacias y vacunatorios privados a $ 71,22, más el descuento de las obras sociales y las prepagas. “Se prevé que el virus circulante durante el invierno será el pandémico, por eso la recomendación es prevenir la enfermedad con alguna de estas dos vacunas”, explicó Eduardo López, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica.
2¿A quiénes alcanza la campaña de vacunación antigripal del Ministerio de Salud de la Nación?
En la primera fase se inmunizó a los trabajadores de salud, las embarazadas y las madres hasta los seis meses luego del parto. Esta semana se comenzó a vacunar a los niños de 6 meses a 4 años inclusive y dentro de diez días podrán hacerlo los niños y adultos de 5 a 64 años que padezcan enfermedades crónicas como diabetes, asma severo, insuficiencia cardíaca, obesidad mórbida, cardiopatía congénita o inmunodeficiencia. “En el caso de los menores de cinco años, el único requisito es presentar el DNI. En cambio, las personas que tengan antecedentes de riesgo deberán presentar una receta médica”, indicó Luis Crovetto, director provincial de Medicina Preventiva del Ministerio de Salud bonaerense.
3¿Qué vacuna deben darse los mayores de 65 años?
A fines de este mes estará disponible a través del PAMI la vacuna trivalente. Sus afiliados podrán acceder a la inmunización en las farmacias con el documento de identidad y su recibo de haberes. También se la podrán dar aquellos que pertenezcan a obras sociales o prepagas, que ofrecen distintos descuentos.
4¿Qué pasa con la población fuera de los grupos de riesgo?
La recomendación de los especialistas es, dentro de lo posible, que se vacune con la trivalente. Deberán adquirirla en farmacias a través de su obra social, prepaga o en vacunatorios privados.
5¿Hay suficientes dosis para inmunizar a todos?
El Ministerio de Salud de la Nación adquirió 10 millones de dosis de la vacuna monovalente, suficientes para inmunizar a la población en riesgo. Sin embargo, en el caso de la vacuna trivalente habrá disponibles sólo un millón y medio de dosis, que no alcanzarán para todos, porque las farmacéuticas destinaron el 90% de su producción a la vacuna monovalente. “De todos modos, quienes presenten síntomas compatibles con la gripe A recibirán el tratamiento antiviral gratuitamente y los hospitales ya tienen stock”, señaló Crovetto.
6¿Cuántas dosis deben aplicarse?
Entre los 6 meses y los 3 años de edad se deben administrar dos dosis con un intervalo mínimo de tres semanas. A partir de los 3 años cumplidos es suficiente una sola dosis.
7¿Las vacunas son seguras?
Sí, están aprobadas por la ANMAT y la Agencia Europea de Medicamentos (dado que son importadas de Europa). “Las vacunas contra la gripe A son seguras y eficaces. Se han inmunizado más de 80 millones de personas en el mundo y apenas unas 2 mil han mostrado efectos adversos leves”, afirmó Juan Manzur, ministro de Salud de la Nación.
8¿Cuáles son sus efectos adversos?
Las vacunas pandémicas contienen virus inactivados. Los efectos adversos más frecuentes son dolor muscular y enrojecimiento en la zona de la inyección y, en general, fiebre, malestar o enfermedad tipo influenza que puede durar hasta 48 horas.
9¿A partir de qué momento la vacuna es efectiva?
Alcanza un grado adecuado de protección a los quince días. Por eso es importante que la población se vacune entre abril y mayo, antes de la llegada del invierno.
10¿Dónde es posible aplicarse las vacunas?
La monovalente se aplica en forma gratuita en hospitales y centros de salud de todo el país. La trivalente se consigue en farmacias y vacunatorios privados. Para consultas, se puede llamar las 24 horas al número de teléfono habilitado por el Ministerio de Salud de la Nación: 0800-222-1200 (opción 1).
Fuente: diario Perfil
1¿Qué vacunas existen contra la gripe A (H1N1)?
En el país hay dos: la monovalente y la trivalente. La primera protege sólo contra el virus de la gripe A (H1N1) y es la que adquirió el Ministerio de Salud de la Nación para aplicar en forma gratuita a los grupos de riesgo. En cambio, la trivalente protege contra la gripe A y la estacional (virus H3N2 y tipo B) y se adquiere en farmacias y vacunatorios privados a $ 71,22, más el descuento de las obras sociales y las prepagas. “Se prevé que el virus circulante durante el invierno será el pandémico, por eso la recomendación es prevenir la enfermedad con alguna de estas dos vacunas”, explicó Eduardo López, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica.
2¿A quiénes alcanza la campaña de vacunación antigripal del Ministerio de Salud de la Nación?
En la primera fase se inmunizó a los trabajadores de salud, las embarazadas y las madres hasta los seis meses luego del parto. Esta semana se comenzó a vacunar a los niños de 6 meses a 4 años inclusive y dentro de diez días podrán hacerlo los niños y adultos de 5 a 64 años que padezcan enfermedades crónicas como diabetes, asma severo, insuficiencia cardíaca, obesidad mórbida, cardiopatía congénita o inmunodeficiencia. “En el caso de los menores de cinco años, el único requisito es presentar el DNI. En cambio, las personas que tengan antecedentes de riesgo deberán presentar una receta médica”, indicó Luis Crovetto, director provincial de Medicina Preventiva del Ministerio de Salud bonaerense.
3¿Qué vacuna deben darse los mayores de 65 años?
A fines de este mes estará disponible a través del PAMI la vacuna trivalente. Sus afiliados podrán acceder a la inmunización en las farmacias con el documento de identidad y su recibo de haberes. También se la podrán dar aquellos que pertenezcan a obras sociales o prepagas, que ofrecen distintos descuentos.
4¿Qué pasa con la población fuera de los grupos de riesgo?
La recomendación de los especialistas es, dentro de lo posible, que se vacune con la trivalente. Deberán adquirirla en farmacias a través de su obra social, prepaga o en vacunatorios privados.
5¿Hay suficientes dosis para inmunizar a todos?
El Ministerio de Salud de la Nación adquirió 10 millones de dosis de la vacuna monovalente, suficientes para inmunizar a la población en riesgo. Sin embargo, en el caso de la vacuna trivalente habrá disponibles sólo un millón y medio de dosis, que no alcanzarán para todos, porque las farmacéuticas destinaron el 90% de su producción a la vacuna monovalente. “De todos modos, quienes presenten síntomas compatibles con la gripe A recibirán el tratamiento antiviral gratuitamente y los hospitales ya tienen stock”, señaló Crovetto.
6¿Cuántas dosis deben aplicarse?
Entre los 6 meses y los 3 años de edad se deben administrar dos dosis con un intervalo mínimo de tres semanas. A partir de los 3 años cumplidos es suficiente una sola dosis.
7¿Las vacunas son seguras?
Sí, están aprobadas por la ANMAT y la Agencia Europea de Medicamentos (dado que son importadas de Europa). “Las vacunas contra la gripe A son seguras y eficaces. Se han inmunizado más de 80 millones de personas en el mundo y apenas unas 2 mil han mostrado efectos adversos leves”, afirmó Juan Manzur, ministro de Salud de la Nación.
8¿Cuáles son sus efectos adversos?
Las vacunas pandémicas contienen virus inactivados. Los efectos adversos más frecuentes son dolor muscular y enrojecimiento en la zona de la inyección y, en general, fiebre, malestar o enfermedad tipo influenza que puede durar hasta 48 horas.
9¿A partir de qué momento la vacuna es efectiva?
Alcanza un grado adecuado de protección a los quince días. Por eso es importante que la población se vacune entre abril y mayo, antes de la llegada del invierno.
10¿Dónde es posible aplicarse las vacunas?
La monovalente se aplica en forma gratuita en hospitales y centros de salud de todo el país. La trivalente se consigue en farmacias y vacunatorios privados. Para consultas, se puede llamar las 24 horas al número de teléfono habilitado por el Ministerio de Salud de la Nación: 0800-222-1200 (opción 1).
Fuente: diario Perfil
jueves, abril 1
Las cosas que se pierden
Por Juan Cruz Ruíz
Recomiendo mucho El museo de la inocencia, de Orhan Pamuk, una gran novela acerca de un ingenuo perverso que se enamora de su prima en el Estambul de los setenta, la va a visitar a diario durante años, y en medio de una lucha platónica por obtener su amor va robando cosas de la casa hasta que, con todo lo robado, constituye un museo en el que deposita cada uno de esos objetos cotidianos pero insólitos con los que se ha ido haciendo a hurtadillas. La novela parece plana hasta que en determinado momento uno se convierte en el propio personaje que acude cada noche a la casa de los padres de la chica y asiste atónito al robo diario, que es cada vez más monótono pero también sofisticado. Leyendo esa novela pensé que no estaría mal convertir en museo el conjunto de todo lo que uno ha ido perdiendo en la vida, a lo largo de los años. Lo más lejano que recuerdo de todo lo que he perdido es una pelota de color butano que se quedó alojada, y fuera de mi alcance, en la vieja azotea de ladrillos de mi casa; después me acuerdo de un papel de Pagos al Estado de 5.000 pesetas que era vital para mis padres, y que al fin encontró un vecino que caminaba siempre muy atento a lo que hubiera en el suelo. En tiempos más próximos recuerdo otras pérdidas menos inaugurales, más prosaicas porque ya no quedan en la memoria como esas primeras pérdidas que son hijas a la vez de la inocencia y del estupor, cuando uno cree que confesar la pérdida es confesar a la vez un fracaso y un desastre. Ahora las pérdidas se asumen como se asumen los ruidos chiquitos, uno las va aceptando incluso en el proceso de la escritura, estás escribiendo y alguien te interrumpe, te pregunta qué haces, por ejemplo, y tú dices Nada, y sigues escribiendo; son circunstancias chiquitas pero machaconas, como son chiquitas las pérdidas de las cosas pequeñas, aquellas que, como decía Neruda de las cosas, nadie pierde pero se perdieron. Estos días perdí, creo que en un avión, mis gafas de ver de lejos, de ver películas, por ejemplo, o de mirar lo que está en el horizonte, si es que el horizonte existe; y perdí en Sevilla, me parece que fue en Sevilla, un pen drive, donde había guardado mucha de la memoria digital con la que viajo. Sé que en algunas semanas, o incluso en unos días, ambas pérdidas ya no será una frustración, ni siquiera un recuerdo, pero durante unos días esas pérdidas, como muchas otras que he padecido a lo largo de los años, volverán insistentemente a mi recuerdo como la señal chiquita, pero obsesiva, de un fracaso. Hay otras cosas que se pierden y que son más insustituibles, la amistad, por ejemplo, pero de esas no hay que hacer un museo sino un libro, o un arrepentimiento.
Diario El País
Recomiendo mucho El museo de la inocencia, de Orhan Pamuk, una gran novela acerca de un ingenuo perverso que se enamora de su prima en el Estambul de los setenta, la va a visitar a diario durante años, y en medio de una lucha platónica por obtener su amor va robando cosas de la casa hasta que, con todo lo robado, constituye un museo en el que deposita cada uno de esos objetos cotidianos pero insólitos con los que se ha ido haciendo a hurtadillas. La novela parece plana hasta que en determinado momento uno se convierte en el propio personaje que acude cada noche a la casa de los padres de la chica y asiste atónito al robo diario, que es cada vez más monótono pero también sofisticado. Leyendo esa novela pensé que no estaría mal convertir en museo el conjunto de todo lo que uno ha ido perdiendo en la vida, a lo largo de los años. Lo más lejano que recuerdo de todo lo que he perdido es una pelota de color butano que se quedó alojada, y fuera de mi alcance, en la vieja azotea de ladrillos de mi casa; después me acuerdo de un papel de Pagos al Estado de 5.000 pesetas que era vital para mis padres, y que al fin encontró un vecino que caminaba siempre muy atento a lo que hubiera en el suelo. En tiempos más próximos recuerdo otras pérdidas menos inaugurales, más prosaicas porque ya no quedan en la memoria como esas primeras pérdidas que son hijas a la vez de la inocencia y del estupor, cuando uno cree que confesar la pérdida es confesar a la vez un fracaso y un desastre. Ahora las pérdidas se asumen como se asumen los ruidos chiquitos, uno las va aceptando incluso en el proceso de la escritura, estás escribiendo y alguien te interrumpe, te pregunta qué haces, por ejemplo, y tú dices Nada, y sigues escribiendo; son circunstancias chiquitas pero machaconas, como son chiquitas las pérdidas de las cosas pequeñas, aquellas que, como decía Neruda de las cosas, nadie pierde pero se perdieron. Estos días perdí, creo que en un avión, mis gafas de ver de lejos, de ver películas, por ejemplo, o de mirar lo que está en el horizonte, si es que el horizonte existe; y perdí en Sevilla, me parece que fue en Sevilla, un pen drive, donde había guardado mucha de la memoria digital con la que viajo. Sé que en algunas semanas, o incluso en unos días, ambas pérdidas ya no será una frustración, ni siquiera un recuerdo, pero durante unos días esas pérdidas, como muchas otras que he padecido a lo largo de los años, volverán insistentemente a mi recuerdo como la señal chiquita, pero obsesiva, de un fracaso. Hay otras cosas que se pierden y que son más insustituibles, la amistad, por ejemplo, pero de esas no hay que hacer un museo sino un libro, o un arrepentimiento.
Diario El País
martes, marzo 30
El LHC abre una nueva era para la física
El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN, el mayor acelerador de partículas del mundo, ha conseguido a la una del mediodía de hoy hacer colisionar dos haces de protones que viajaban a una velocidad de 3,5 TeV (teraelectronvoltios) cada uno, obteniendo una energía de 7 TeV, muy similar a la que se calcula que existía en los instantes posteriores al Big Bang, la explosión cósmica que dio comienzo al Universo.
“Es un gran día para los físicos de partículas”, ha dicho del Director General del CERN, Rolf Heuer. “Mucha gente ha esperado mucho para este momento, pero su paciencia y dedicación empieza a dar fruto”.
Con estas altas energías de colisión, empieza para el LHC un nuevo período, en el que se lanza a “la caza de la materia oscura, las nuevas fuerzas, las nuevas dimensiones y el bosón de Higgs” según ha comentado la física italiana Fabiola Gianotti.
En estos momentos, los físicos del CERN trabajan en estabilizar los haces de partículas para obtener mejores resultados. El plan previsto es entrar en una fase de toma de datos continua por un periodo de entre 18 y 24 meses, con una breve parada técnica a finales de 2010. Después de “redescubrir” el Modelo Estándar de partículas ya conocido, anuncia el CERN, los experimentos iniciarán la búsqueda sistemática del bosón de Higgs, apodado la “partícula de Dios”. También se tratará de averiguar si existen las partículas supersimétricas.
Muy Interesante
“Es un gran día para los físicos de partículas”, ha dicho del Director General del CERN, Rolf Heuer. “Mucha gente ha esperado mucho para este momento, pero su paciencia y dedicación empieza a dar fruto”.
Con estas altas energías de colisión, empieza para el LHC un nuevo período, en el que se lanza a “la caza de la materia oscura, las nuevas fuerzas, las nuevas dimensiones y el bosón de Higgs” según ha comentado la física italiana Fabiola Gianotti.
En estos momentos, los físicos del CERN trabajan en estabilizar los haces de partículas para obtener mejores resultados. El plan previsto es entrar en una fase de toma de datos continua por un periodo de entre 18 y 24 meses, con una breve parada técnica a finales de 2010. Después de “redescubrir” el Modelo Estándar de partículas ya conocido, anuncia el CERN, los experimentos iniciarán la búsqueda sistemática del bosón de Higgs, apodado la “partícula de Dios”. También se tratará de averiguar si existen las partículas supersimétricas.
Muy Interesante
lunes, marzo 29
Obama en el medio
Por Howard Fineman
Robert Gibbs, secretario de prensa de la Casa Blanca, llegó 50 minutos tarde a su sesión informativa, aparentemente un récord de tardanza, pero pocos reporteros en la sala de prensa de la Casa Blanca se molestaron en fingir indignación: nadie parecía demasiado ansioso de hacerle preguntas. Cuando Barack Obama viajó al estado de Missouri para dar otro de sus discursos sobre la reforma del sistema de salud, ningún canal de cable cubrió el evento. Si uno es presidente, lo único peor que la crítica es no tener cobertura. Y la verdad es que la prensa de EE. UU. está aburrida de Barack.
Los principales medios de comunicación están perdiendo la paciencia, e incluso el interés, por su antiguo héroe. Obama nunca tuvo una oportunidad con el equipo de Ailes-Murdoch (Fox News), por supuesto, y no le tomó mucho tiempo ofender a la feroz ala izquierda de la blogósfera. Pero ahora, los medios de la corriente principal, que se consideran a sí mismos ideológicamente neutrales, hallaron razones ideológicamente neutrales para perder la paciencia con él: que podría ser ineficaz, que no sabe cómo jugar el juego, que no puede lograr nada. Prueba A: el proyecto de ley de salud. Frank Rich, de The Times, el sagaz decano de los comentaristas políticos, escribió que Obama dejó de “comunicar una narrativa atractiva” y que “podría estar acabado si no aprovecha todo un año de salidas en falso”.
Y a pesar de ello, este desenamoramiento colectivo es una gran noticia para Obama. Dar por terminada su relación con los mayores medios es justo lo que necesita. Un rompimiento incluso podría salvar a su presidencia.
En primer lugar, a casi nadie le gustan los medios de comunicación, ni se confía en ellos. La más reciente encuesta de Gallup de instituciones respetadas en EE. UU. los equipara con lo peor de la gentuza: bancos, sindicatos, organizaciones sanitarias y el Congreso. Si la prensa ataca a alguien, eso prueba que esa persona debe tener algunas cualidades rescatables. En el pico de la crisis de Monica Lewinsky, en 1998, las encuestas mostraban que la gente no sólo se horrorizaba por el comportamiento de Bill Clinton, sino también por la obsesión de los medios con él.
A Obama tiene que dejar de importarle lo que se escribe y dice, un proceso que puede iniciar al abandonar la ilusión cómoda pero inhabilitante de que los periodistas son sus amigos. Los reporteros somos los peores amigos en las buenas. También leemos las encuestas, y cuando caen a plomo, huimos. Pero hasta ahora, y en forma justificable, Obama consideró a los medios de la corriente principal como parte de su base, como uno de sus electorados. Se considera como uno de nosotros: un miembro de la clase de los que hablan mucho y dicen poco; un escritor de ventas exitosas; miembro habitual de las páginas de tribuna; estudiante del arte de la palabra, la información y el análisis. Según la Casa Blanca, el material diario de lectura del presidente incluye The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal, Chicago Tribune y Sun-Times, NEWSWEEK, Time, Atlantic, The New Yorker, blogs, Foreign Affairs, Sports Illustrated y ESPN.com. “La conclusión es que lee toneladas”, dijeron. Demasiadas.
El problema del presidente no es que sea “académico.” Es peor: es periodístico. Su base conceptual e incluso de operaciones no parece ser el South Side de Chicago, sino la página de tribuna del Times, donde dedica mucho tiempo a cortejar a columnistas conservadores. Pero los conservadores populares no confían en esos tipos (¿cómo podrían hacerlo si escriben para el Times?). Y en todo caso, la mayoría de los votantes no lee esas páginas. Ciertamente, a la mayoría de los votantes no le preocupa tanto el “por qué” como el “qué” y el “cómo”. Desean saber, por ejemplo, lo que Obama hará con la atención sanitaria, y cómo se supone que dará atención a 30 millones de personas más y ahorrará dinero al mismo tiempo.
Mientras tanto, a la prensa acreditada de Washington le preocupan otras cosas. Hay un ritmo predecible y metronómico de la cobertura periodística de cualquier presidencia, y cuanto más pronto Obama adopte el zen de afrontarlo, mejor. Estamos en la fase de la enemistad entre el personal, que será seguida por la limpieza general, la higiene del período intermedio, la meditación, la consulta a su cónyuge (a Michelle le encantará el papel), y, si todo va bien, una reunión de resurgimiento.
Obama está empezando a comprenderlo. El discurso de Missouri fue la mejor explicación que dio hasta la fecha sobre su plan de reforma de la atención sanitaria. La prensa no prestaba mucha atención, pero, si Obama tiene suerte, por lo menos algunos votantes —es decir, su verdadero electorado— sí lo estaban haciendo.
Newsweek
Robert Gibbs, secretario de prensa de la Casa Blanca, llegó 50 minutos tarde a su sesión informativa, aparentemente un récord de tardanza, pero pocos reporteros en la sala de prensa de la Casa Blanca se molestaron en fingir indignación: nadie parecía demasiado ansioso de hacerle preguntas. Cuando Barack Obama viajó al estado de Missouri para dar otro de sus discursos sobre la reforma del sistema de salud, ningún canal de cable cubrió el evento. Si uno es presidente, lo único peor que la crítica es no tener cobertura. Y la verdad es que la prensa de EE. UU. está aburrida de Barack.
Los principales medios de comunicación están perdiendo la paciencia, e incluso el interés, por su antiguo héroe. Obama nunca tuvo una oportunidad con el equipo de Ailes-Murdoch (Fox News), por supuesto, y no le tomó mucho tiempo ofender a la feroz ala izquierda de la blogósfera. Pero ahora, los medios de la corriente principal, que se consideran a sí mismos ideológicamente neutrales, hallaron razones ideológicamente neutrales para perder la paciencia con él: que podría ser ineficaz, que no sabe cómo jugar el juego, que no puede lograr nada. Prueba A: el proyecto de ley de salud. Frank Rich, de The Times, el sagaz decano de los comentaristas políticos, escribió que Obama dejó de “comunicar una narrativa atractiva” y que “podría estar acabado si no aprovecha todo un año de salidas en falso”.
Y a pesar de ello, este desenamoramiento colectivo es una gran noticia para Obama. Dar por terminada su relación con los mayores medios es justo lo que necesita. Un rompimiento incluso podría salvar a su presidencia.
En primer lugar, a casi nadie le gustan los medios de comunicación, ni se confía en ellos. La más reciente encuesta de Gallup de instituciones respetadas en EE. UU. los equipara con lo peor de la gentuza: bancos, sindicatos, organizaciones sanitarias y el Congreso. Si la prensa ataca a alguien, eso prueba que esa persona debe tener algunas cualidades rescatables. En el pico de la crisis de Monica Lewinsky, en 1998, las encuestas mostraban que la gente no sólo se horrorizaba por el comportamiento de Bill Clinton, sino también por la obsesión de los medios con él.
A Obama tiene que dejar de importarle lo que se escribe y dice, un proceso que puede iniciar al abandonar la ilusión cómoda pero inhabilitante de que los periodistas son sus amigos. Los reporteros somos los peores amigos en las buenas. También leemos las encuestas, y cuando caen a plomo, huimos. Pero hasta ahora, y en forma justificable, Obama consideró a los medios de la corriente principal como parte de su base, como uno de sus electorados. Se considera como uno de nosotros: un miembro de la clase de los que hablan mucho y dicen poco; un escritor de ventas exitosas; miembro habitual de las páginas de tribuna; estudiante del arte de la palabra, la información y el análisis. Según la Casa Blanca, el material diario de lectura del presidente incluye The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal, Chicago Tribune y Sun-Times, NEWSWEEK, Time, Atlantic, The New Yorker, blogs, Foreign Affairs, Sports Illustrated y ESPN.com. “La conclusión es que lee toneladas”, dijeron. Demasiadas.
El problema del presidente no es que sea “académico.” Es peor: es periodístico. Su base conceptual e incluso de operaciones no parece ser el South Side de Chicago, sino la página de tribuna del Times, donde dedica mucho tiempo a cortejar a columnistas conservadores. Pero los conservadores populares no confían en esos tipos (¿cómo podrían hacerlo si escriben para el Times?). Y en todo caso, la mayoría de los votantes no lee esas páginas. Ciertamente, a la mayoría de los votantes no le preocupa tanto el “por qué” como el “qué” y el “cómo”. Desean saber, por ejemplo, lo que Obama hará con la atención sanitaria, y cómo se supone que dará atención a 30 millones de personas más y ahorrará dinero al mismo tiempo.
Mientras tanto, a la prensa acreditada de Washington le preocupan otras cosas. Hay un ritmo predecible y metronómico de la cobertura periodística de cualquier presidencia, y cuanto más pronto Obama adopte el zen de afrontarlo, mejor. Estamos en la fase de la enemistad entre el personal, que será seguida por la limpieza general, la higiene del período intermedio, la meditación, la consulta a su cónyuge (a Michelle le encantará el papel), y, si todo va bien, una reunión de resurgimiento.
Obama está empezando a comprenderlo. El discurso de Missouri fue la mejor explicación que dio hasta la fecha sobre su plan de reforma de la atención sanitaria. La prensa no prestaba mucha atención, pero, si Obama tiene suerte, por lo menos algunos votantes —es decir, su verdadero electorado— sí lo estaban haciendo.
Newsweek
Suscribirse a:
Entradas (Atom)