Mayo es un mes marcado por una historia, una tradición de lucha que arrancó un primero de mayo de 1886 allá en Chicago, cuando un grupo de trabajadores organizó una movilización popular en reclamo de la jornada de ocho horas en una época en que lo “natural” era trabajar entre 12 y 16 horas por día. La mayor democracia del mundo respondió brutalmente y, fraguando un atentado, encarceló a un grupo de militantes populares en los que intentó escarmentar a toda la clase trabajadora de los Estados Unidos y por qué no, de todo el mundo. Tras un proceso plagado de irregularidades, fueron detenidos los dirigentes anarquistas Adolph Fisher, Augusto Spies, Albert Parsons, George Engel, Louis Lingg, Michael Schwab, Samuel Fielden y Oscar Neebe. Los cuatro primeros fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887. Lingg prefirió suicidarse con una bomba que él mismo había preparado en la cárcel antes de padecer la “justicia del sistema”. Miguel Schwab y Samuel Fielden fueron condenados a prisión perpetua y Oscar Neebe a 15 años cárcel. Miguel Schawb dijo al escuchar su condena que reconocía a aquel tribunal ninguna autoridad y que su lucha y la de sus compañeros era de una justicia tan evidente que no había nada que demostrar y que ellos luchaban por las 8 horas de trabajo pero que: “Cuatro horas de trabajo por día serían suficientes para producir todo lo necesario para una vida confortable, con arreglo a las estadísticas. Sobraría, pues, tiempo para dedicarse a las ciencias y el arte". Porque, claro, las ciencias y el arte deben ser para todos. Pasaron 109 años de aquellos crímenes de Chicago y pasó mucha agua y mucha sangre bajo el puente. Los obreros de todo el mundo eligieron el primero de mayo como jornada de lucha, de recuerdo de sus compañeros y de lucha por sus derechos, de ratificación de su condición de ciudadanos libres, con plenos derechos, según decían las propias constituciones burguesas que regían la mayoría de los Estados modernos. En nuestro país cada primero de mayo nuestros trabajadores tomaron las calles desafiando al poder, recordándole que existían y que no se resignarían a ser una parte del engranaje productivo. La lucha logró la reducción de la jornada laboral, las leyes sociales y la dignificación del trabajador. El poder se sintió afectado y en cada contraofensiva cívico-militar como las del 55; 62; 66; 76 y 89 (esta vez a través del voto), pretendieron y en ocasiones lo lograron, arrasar con las históricas conquistas del movimiento obrero. Persecuciones salvajes, secuestros, torturas y desapariciones, durante los gobiernos golpistas, amenazas de despidos, rebajas salariales, precarización laboral y la complicidad de algunos dirigentes sindicales, son en los últimos años las armas del poder para mantener y aumentar su tasa de ganancia a costa del sudor ajeno. Un incendio, un “accidente” en un taller textil puso a la vista de una sociedad que tiene una cierta tendencia a la mirada para otro lado: hay esclavos en el siglo XXI, y los hay acá, en Argentina. Trabajadores esclavos, sin derechos pero con muchas obligaciones. El capitalismo salvaje, para algunos una redundancia, nos extorsiona: quieren ropa más barata, éste es el precio. La realidad es otra, márgenes de ganancia escandalosos, avaricia sin límites, un Estado que hace la vista gorda, pero sobre todo la pérdida de valores básicos como la solidaridad, abonada en los 90, épocas hasta donde las leyes que protegían a los trabajadores se volvían tan “flexibles” como inflexibles se volvían las leyes que garantizaban el enriquecimiento ilícito de los funcionarios a los que se les pagaba sueldos y sobresueldos con la excusa de defender los derechos de los ciudadanos e inflexibles se volvían las seguridades jurídicas que, como sabemos, sólo son para los dueños del poder y las cosas. La esclavitud debe dolernos a todos, debemos volver a aquel humanismo que supimos conseguir, a dolernos y solidarizarnos con los más desprotegidos, aquel humanismo que proclamaba el Libertador San Martín cuando abolía la esclavitud en el Perú un 12 de agosto de 1821: “Una porción numerosa de nuestra especie ha sido hasta hoy mirada como un efecto permutable, y sujeto a los cálculos de un tráfico criminal: los hombres han comprado a los hombres, y no se han avergonzado de degradar la familia a la que pertenecen vendiéndose unos a otros. Las instituciones de los pueblos bárbaros han establecido el derecho de propiedad en contravención al más augusto que la naturaleza ha concedido.”
Autor: Felipe Pigna. Editorial Caras y Caretas, mayo 2006.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar
Decía Walter Benjamín que un libro de citas de otros, sería un libro perfecto, ya que estas enriquecen lo nuestro y convierten nuestra obra en una “obra colectiva”. Lejos de la perfección se encuentra esta iniciativa, pero si vale como lugar donde compartir distintos textos, con el sentido de entender este día a día que nos toca en el mundo. La intención no será cambiarlo, sólo la de tratar de entenderlo.
viernes, abril 30
Tragedia ambiental en Estados Unidos
Hace 10 días una plataforma petrolera se incendiaba en la costa estadounidense del Golfo de México. Lo que comenzó como un accidente más, acabó siendo una de las catástrofes ambientales más preocupantes de la historia estadounidense. El fuego hundió a la plataforma y del pozo explorado comenzaron a brotar miles de litros de petróleo cada día. La mancha crece minuto a minuto y ya tocó las costas de Luisiana. El fin de semana llegará a Misisipi y Alabama y probablemente el lunes alcance a Florida. Obama ya decretó la emergencia y las cuadrillas luchan por contener la contaminación que no solo amenaza a la flora y fauna del lugar, sino a todas las actividades comerciales y turísticas de la costa este del país.
La enorme ola de petróleo creada por un derrame en el Golfo de México se aproxima a las zonas pantanosas de Louisiana mientras que las tormentas amenazan con impedir los esfuerzos de protección al ecosistema.
La Casa Blanca, por su parte, puso un alto a todos los proyectos petroleros mar adentro hasta conocer las causas del desastre de la plataforma que causó el derrame.
Cuadrillas en botes vigilaban los pantanos busca de zonas donde había llegado la mancha de petróleo, informó la Guardia Costera.
El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó que el domingo habría viento, marea alta y olas que podrían internar al petróleo aún más en las ensenadas, estanques y lagos del sureste de Louisiana. Las olas de unos dos metros llevan el agua varios centímetros por encima de lo normal hacia la costa agitada por varias tormentas.
Las cuadrillas no podrán retirar el petróleo de la superficie o quemarlo en los próximos días debido al estado de las aguas, lamentó la oficial de guardacostas Sally Brice O'Hara al programa "Good Morning America" de la cadena ABC.
Las olas también podrían arrastrar las vallas flotantes colocadas en las orillas para detener el petróleo, agregó Tom McKenzie, vocero del Servicio de Pesca y Fauna, que espera que las vallas flotantes impidan que el petróleo llegue a las islas Chandeleur, que forman parte de un refugio ecológico nacional.
"Lo que debemos saber es si podrán sostenerse ante cualquier tipo de clima adverso", dijo McKenzie. "Y si el petróleo está ahí, ¿superará las barreras aunque estén bien colocadas?", se preguntó el funcionario.
El derrame es, hasta el momento, cinco veces más grande de lo que se había estimado al principio. Largas y delgadas manchas de petróleo comenzaron a llegar a la boca del río Misisipi y a la costa de Luisiana la noche del jueves.
"Es una gran preocupación", dice David Kennedy de la Agencia Nacional Oceanográfica y Atmosférica. "Estoy asustado. Esto es algo muy, muy grande. Y los esfuerzos que harán falta para resolverlo, especialmente si sigue así, serán simplemente enormes".
El derrame podría convertirse en la peor catástrofe ambiental en Estados Unidos en varias décadas, ya que amenaza cientos de especies de peces, aves y otras formas de vida silvestre. La Costa del Golfo es una de las zonas más ricas en mariscos del mundo, con camarones, ostras y otras variedades. El crudo se hace a cada minuto más espeso en las aguas al sur y al este del delta del Misisipi, a unos ocho kilómetros de la costa.
LA MANCHA VORAZ
El derrame en el lecho marino es mucho más grande de lo que se creyó al principio, lo que genera entre los habitantes de Luisiana la sensación de que el gobierno volvió a fallarles, igual que cuando el huracán Katrina azotó la región. El presidente Barack Obama envió a miembros de su gabinete a la zona a lidiar con esta crisis.
Cade Thomas, un guía de pesca en Venice, teme que su forma de sustento esté en peligro y no sabe si culpar a la Guardia Costera, al gobierno federal o a la petrolera BP PLC. "Nos mintieron. Vinieron y dijeron que se derramaban 1.000 barriles cuando creo que sabían que era más. Y no actuaron", dijo. "Ni bien explotó, deberían haber comenzado a rodearlo con vallas".
La Guardia Costera colabora con BP, la petrolera que operaba la plataforma de prospección que explotó y se hundió la semana pasada. Los trabajos incluyen la utilización de vallas flotantes, recolectores de crudo, solventes e incendios controlados contra el derrame.
Según funcionarios del gobierno, unos 5.000 barriles de petróleo por día brotan del fondo del mar desde que la plataforma Deepwater Horizon se hundió a unos 65 kilómetros de la costa. Once trabajadores desaparecieron y ya se los considera muertos.
A medida que la situación se vuelve cada vez más crítica, la empresa BP le pidió asistencia al gobierno estadounidense para estudiar el derrame.
Doug Suttles, director gerente de BP Exploración y Producción, filial de British Petroleum, dijo en una conferencia de prensa que la compañía preguntó al departamento de Defensa si tiene equipos submarinos mejores que los de uso comercial, incluídos vehículos de operación remota y sistemas de transmisión de imágenes.
Si el pozo no puede ser cegado en poco tiempo, casi 100.000 barriles de crudo, unos 4,2 millones de barriles, podrían contaminar las aguas del golfo antes que los equipos de emergencia puedan perforar un pozo de alivio para descomprimir la presión.
El derrame hizo recordar a muchos la tragedia del barco Exxon Valdéz, que causó el peor derrame de crudo en la historia de Estados Unidos, volcando 11 millones de galones en la bahía Prince William de Alaska en 1989 (Ver recuadro). Hoy el desastre podría ser mucho mayor que el de 1989, porque el derrame es directo desde un pozo.
EMPETROLADOS
En Empire, Luisiana, el pescador de ostras Mitch Jurisich puede oler el crudo más allá del agua turbia horas antes de su llegada a la costa. "Ahí es cuando te das cuenta de que está cerca y de repente ves que es real", dijo Jurisich, que pasó las últimas horas recogiendo ostras hasta llenar más de 100 bolsas de tela. También se detuvo a comer algunas, ya que podría ser su última oportunidad de disfrutarlas antes de que el crudo las contamine.
El director de BP, había rechazado el primer cálculo del gobierno del alcance del derrame, pero el jueves reconoció en el programa "Today" del canal NBC que la pérdida podría ser tan grave como dicen los funcionarios. Agregó que no hay manera de medir el flujo de la fuga en el lecho marino y que los cálculos se tendrán que basar en la cantidad que llegue a la superficie.
Las cuadrillas no pudieron activar un sistema de cierre que habría frenado el brote de petróleo desde el fondo, a 1.500 metros de profundidad. Sin embargo ya lograron recuperar del agua unos 18.000 barriles de agua con petróleo y ya arrojaron cerca de 100.000 litros de dispersante, un líquido que “rompe” el petróleo y permite que se lo recoja con mayor facilidad.
El presidente Barack Obama envió a la secretaria de Seguridad Nacional Janet Napolitano, al secretario del Interior Ken Salazar y la administradora de la Agencia de Protección del Medio Ambiente Lisa Jackson para ayudar en la contención del derrame.
Obama dijo que el gobierno usará "todos los recursos disponibles", pero el vocero gubernamental Nick Shapiro dijo que BP se tendrá que hacer cargo del costo de la limpieza. La Casa Blanca informó que las consecuencias de esta tragedia se tomarán en cuenta al planificar el aumento de los proyectos de perforación, y será parte del debate del Congreso sobre el cambio climático.
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, declaró el jueves el estado de emergencia, que le permite liberar recursos en preparación para el arribo de la mancha de crudo.
La Marina enviará 20.000 metros de cercos inflables y siete sistemas de recolección de crudo y usará sus bases en la región para preparar las operaciones.
Diez refugios de vida silvestre en Misisipi y Luisiana están en alerta para proteger a la fauna de la región que se verá afectada por esta tragedia ambiental.
El pronóstico más reciente de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos calculó que la mancha alcanzará las costas de Misisipi y Alabama durante el fin de semana y se extenderá hacia el este, hasta Pensacola, Florida, el lunes.
www.elobservadorglobal.com
La enorme ola de petróleo creada por un derrame en el Golfo de México se aproxima a las zonas pantanosas de Louisiana mientras que las tormentas amenazan con impedir los esfuerzos de protección al ecosistema.
La Casa Blanca, por su parte, puso un alto a todos los proyectos petroleros mar adentro hasta conocer las causas del desastre de la plataforma que causó el derrame.
Cuadrillas en botes vigilaban los pantanos busca de zonas donde había llegado la mancha de petróleo, informó la Guardia Costera.
El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó que el domingo habría viento, marea alta y olas que podrían internar al petróleo aún más en las ensenadas, estanques y lagos del sureste de Louisiana. Las olas de unos dos metros llevan el agua varios centímetros por encima de lo normal hacia la costa agitada por varias tormentas.
Las cuadrillas no podrán retirar el petróleo de la superficie o quemarlo en los próximos días debido al estado de las aguas, lamentó la oficial de guardacostas Sally Brice O'Hara al programa "Good Morning America" de la cadena ABC.
Las olas también podrían arrastrar las vallas flotantes colocadas en las orillas para detener el petróleo, agregó Tom McKenzie, vocero del Servicio de Pesca y Fauna, que espera que las vallas flotantes impidan que el petróleo llegue a las islas Chandeleur, que forman parte de un refugio ecológico nacional.
"Lo que debemos saber es si podrán sostenerse ante cualquier tipo de clima adverso", dijo McKenzie. "Y si el petróleo está ahí, ¿superará las barreras aunque estén bien colocadas?", se preguntó el funcionario.
El derrame es, hasta el momento, cinco veces más grande de lo que se había estimado al principio. Largas y delgadas manchas de petróleo comenzaron a llegar a la boca del río Misisipi y a la costa de Luisiana la noche del jueves.
"Es una gran preocupación", dice David Kennedy de la Agencia Nacional Oceanográfica y Atmosférica. "Estoy asustado. Esto es algo muy, muy grande. Y los esfuerzos que harán falta para resolverlo, especialmente si sigue así, serán simplemente enormes".
El derrame podría convertirse en la peor catástrofe ambiental en Estados Unidos en varias décadas, ya que amenaza cientos de especies de peces, aves y otras formas de vida silvestre. La Costa del Golfo es una de las zonas más ricas en mariscos del mundo, con camarones, ostras y otras variedades. El crudo se hace a cada minuto más espeso en las aguas al sur y al este del delta del Misisipi, a unos ocho kilómetros de la costa.
LA MANCHA VORAZ
El derrame en el lecho marino es mucho más grande de lo que se creyó al principio, lo que genera entre los habitantes de Luisiana la sensación de que el gobierno volvió a fallarles, igual que cuando el huracán Katrina azotó la región. El presidente Barack Obama envió a miembros de su gabinete a la zona a lidiar con esta crisis.
Cade Thomas, un guía de pesca en Venice, teme que su forma de sustento esté en peligro y no sabe si culpar a la Guardia Costera, al gobierno federal o a la petrolera BP PLC. "Nos mintieron. Vinieron y dijeron que se derramaban 1.000 barriles cuando creo que sabían que era más. Y no actuaron", dijo. "Ni bien explotó, deberían haber comenzado a rodearlo con vallas".
La Guardia Costera colabora con BP, la petrolera que operaba la plataforma de prospección que explotó y se hundió la semana pasada. Los trabajos incluyen la utilización de vallas flotantes, recolectores de crudo, solventes e incendios controlados contra el derrame.
Según funcionarios del gobierno, unos 5.000 barriles de petróleo por día brotan del fondo del mar desde que la plataforma Deepwater Horizon se hundió a unos 65 kilómetros de la costa. Once trabajadores desaparecieron y ya se los considera muertos.
A medida que la situación se vuelve cada vez más crítica, la empresa BP le pidió asistencia al gobierno estadounidense para estudiar el derrame.
Doug Suttles, director gerente de BP Exploración y Producción, filial de British Petroleum, dijo en una conferencia de prensa que la compañía preguntó al departamento de Defensa si tiene equipos submarinos mejores que los de uso comercial, incluídos vehículos de operación remota y sistemas de transmisión de imágenes.
Si el pozo no puede ser cegado en poco tiempo, casi 100.000 barriles de crudo, unos 4,2 millones de barriles, podrían contaminar las aguas del golfo antes que los equipos de emergencia puedan perforar un pozo de alivio para descomprimir la presión.
El derrame hizo recordar a muchos la tragedia del barco Exxon Valdéz, que causó el peor derrame de crudo en la historia de Estados Unidos, volcando 11 millones de galones en la bahía Prince William de Alaska en 1989 (Ver recuadro). Hoy el desastre podría ser mucho mayor que el de 1989, porque el derrame es directo desde un pozo.
EMPETROLADOS
En Empire, Luisiana, el pescador de ostras Mitch Jurisich puede oler el crudo más allá del agua turbia horas antes de su llegada a la costa. "Ahí es cuando te das cuenta de que está cerca y de repente ves que es real", dijo Jurisich, que pasó las últimas horas recogiendo ostras hasta llenar más de 100 bolsas de tela. También se detuvo a comer algunas, ya que podría ser su última oportunidad de disfrutarlas antes de que el crudo las contamine.
El director de BP, había rechazado el primer cálculo del gobierno del alcance del derrame, pero el jueves reconoció en el programa "Today" del canal NBC que la pérdida podría ser tan grave como dicen los funcionarios. Agregó que no hay manera de medir el flujo de la fuga en el lecho marino y que los cálculos se tendrán que basar en la cantidad que llegue a la superficie.
Las cuadrillas no pudieron activar un sistema de cierre que habría frenado el brote de petróleo desde el fondo, a 1.500 metros de profundidad. Sin embargo ya lograron recuperar del agua unos 18.000 barriles de agua con petróleo y ya arrojaron cerca de 100.000 litros de dispersante, un líquido que “rompe” el petróleo y permite que se lo recoja con mayor facilidad.
El presidente Barack Obama envió a la secretaria de Seguridad Nacional Janet Napolitano, al secretario del Interior Ken Salazar y la administradora de la Agencia de Protección del Medio Ambiente Lisa Jackson para ayudar en la contención del derrame.
Obama dijo que el gobierno usará "todos los recursos disponibles", pero el vocero gubernamental Nick Shapiro dijo que BP se tendrá que hacer cargo del costo de la limpieza. La Casa Blanca informó que las consecuencias de esta tragedia se tomarán en cuenta al planificar el aumento de los proyectos de perforación, y será parte del debate del Congreso sobre el cambio climático.
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, declaró el jueves el estado de emergencia, que le permite liberar recursos en preparación para el arribo de la mancha de crudo.
La Marina enviará 20.000 metros de cercos inflables y siete sistemas de recolección de crudo y usará sus bases en la región para preparar las operaciones.
Diez refugios de vida silvestre en Misisipi y Luisiana están en alerta para proteger a la fauna de la región que se verá afectada por esta tragedia ambiental.
El pronóstico más reciente de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos calculó que la mancha alcanzará las costas de Misisipi y Alabama durante el fin de semana y se extenderá hacia el este, hasta Pensacola, Florida, el lunes.
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martes, abril 27
domingo, abril 25
Crece el malestar social por las peleas políticas
La inseguridad y la inflación ya no son las únicas grandes preocupaciones de los argentinos. Desde hace unos días a esa lista se sumó "la clase dirigente", que para una porción de la sociedad dejó de ser parte de la solución de las demás cuestiones para convertirse en parte del problema.
Según la última encuesta de Poliarquía sobre las mayores preocupaciones que registra la opinión pública, el 21% de los consultados mencionó la inseguridad y el 12% la clase dirigente, una irrupción inesperada que no se registraba en sondeos anteriores. Detrás de eso, el 10% se mostró preocupado por el desempleo y el 9% por problemas económicos.
"Hay un contexto de enfrentamiento permanente en la clase política que hace subir esa visión de la dirigencia como un problema, y en épocas de conflicto hay más atención mediática sobre las cuestiones institucionales y políticas, que refuerza ese malestar", opinó Fabián Perechodnik, uno de los directores de Poliarquía.
Según un recorrido que hizo LA NACION por otras consultoras, la inseguridad y la economía siguen liderando el ranking de las cuestiones que más preocupan a los argentinos. Sin embargo, varios consultores hablan de una nueva caída de la imagen de la dirigencia política en general, en especial desde las últimas elecciones.
"Vemos cambios abruptos en el cuadro político general, que obedecen a la profundización de los niveles de incertidumbre y a un fuerte escepticismo sobre el sistema político", consideró Graciela Römer.
Römer se refería a varios fenómenos de los que dan cuenta casi todas las encuestas, como un descenso general de la imagen positiva de todos los líderes opositores, reacomodamientos entre los eventuales candidatos para 2011 y un repunte en la evaluación del Gobierno y el matrimonio Kirchner.
Según Poliarquía, la mejora en la imagen oficial fue de 5 puntos (pasó de 22 a 27, desde febrero hasta ahora). Para otras consultoras, como Analogías y Management & Fit, ese incremento llegó a 7 puntos.
Errores opositores
La primera causa que mencionan todos los encuestadores para explicar esos números son los propios errores de la oposición y las expectativas que había generado desde las elecciones de junio último.
"Prometieron control de gestión y proyectos que ayudaran a la gente en sus problemas cotidianos, y en vez de eso dan vueltas desde el verano con el mismo DNU", lo graficó Mariel Fornoni, directora de Management & Fit. Para Ricardo Rouvier, "la opinión pública desvaloriza a la oposición porque no logra imponer políticas propias", y consideró que la palabra que mejor lo expresa es "desilusión".
Sin embargo, para algunos analistas de opinión, la pequeña mejoría del Gobierno no se explica únicamente en los tropiezos opositores.
Analía del Franco, directora de Analogías, mencionó la enfermedad de Néstor Kirchner (algunos lo llaman "efecto carótida") como un factor transitorio que subió la imagen del ex presidente. El otro punto que consideró clave fue la asignación universal por hijo, que explicaría que el alza mayor sea entre los sectores de bajos recursos.
Por el lado de los candidatos opositores, todos tienen una imagen positiva más alta que el matrimonio Kirchner, y nadie cosecha una imagen negativa tan fuerte. Sin embargo, los principales líderes no kirchneristas aparecen estancados en las encuestas o directamente en baja. Los casos más paradigmáticos son Julio Cobos y Elisa Carrió, que en el último año perdieron 10 puntos de imagen favorable.
Cobos, que por 18 meses había liderado el pelotón de los candidatos con mejor imagen, ahora bajó al segundo, tercer o cuarto puesto, según las consultoras. En cambio, Carrió quedó más lejos de ese primer grupo de postulantes, en torno de los 35 puntos, y no de los 45 que mantienen los líderes de la lista.
En ese primer grupo se ubican Ricardo Alfonsín, Mauricio Macri, Francisco de Narváez, Carlos Reutemann y Cobos (todos muy parejos); y un poco más abajo Pino Solanas y Daniel Scioli.
A pesar de que Alfonsín, la sorpresa del grupo, figura hoy primero en casi todas las encuestas, para muchos es un dato engañoso, porque su imagen positiva es reticente a traducirse en votos, y porque "mide muy bien en la provincia, pero a nivel nacional baja mucho", en palabras de Santiago Rossi, director ejecutivo de Ipsos-Mora y Araujo.
Del resto tampoco hay certezas, con Macri y De Narváez subiendo y bajando según la coyuntura, y Reutemann congelado, igual que su candidatura presidencial.
La falta de liderazgos del equipo de los presidenciables va de la mano de la falta de interés de la opinión pública, que aún no piensa en candidaturas y preferiría que los dirigentes resolvieran problemas cotidianos en vez de pensar en 2011: en ese punto todos los consultores coinciden.
www.lanacion.com.ar
Según la última encuesta de Poliarquía sobre las mayores preocupaciones que registra la opinión pública, el 21% de los consultados mencionó la inseguridad y el 12% la clase dirigente, una irrupción inesperada que no se registraba en sondeos anteriores. Detrás de eso, el 10% se mostró preocupado por el desempleo y el 9% por problemas económicos.
"Hay un contexto de enfrentamiento permanente en la clase política que hace subir esa visión de la dirigencia como un problema, y en épocas de conflicto hay más atención mediática sobre las cuestiones institucionales y políticas, que refuerza ese malestar", opinó Fabián Perechodnik, uno de los directores de Poliarquía.
Según un recorrido que hizo LA NACION por otras consultoras, la inseguridad y la economía siguen liderando el ranking de las cuestiones que más preocupan a los argentinos. Sin embargo, varios consultores hablan de una nueva caída de la imagen de la dirigencia política en general, en especial desde las últimas elecciones.
"Vemos cambios abruptos en el cuadro político general, que obedecen a la profundización de los niveles de incertidumbre y a un fuerte escepticismo sobre el sistema político", consideró Graciela Römer.
Römer se refería a varios fenómenos de los que dan cuenta casi todas las encuestas, como un descenso general de la imagen positiva de todos los líderes opositores, reacomodamientos entre los eventuales candidatos para 2011 y un repunte en la evaluación del Gobierno y el matrimonio Kirchner.
Según Poliarquía, la mejora en la imagen oficial fue de 5 puntos (pasó de 22 a 27, desde febrero hasta ahora). Para otras consultoras, como Analogías y Management & Fit, ese incremento llegó a 7 puntos.
Errores opositores
La primera causa que mencionan todos los encuestadores para explicar esos números son los propios errores de la oposición y las expectativas que había generado desde las elecciones de junio último.
"Prometieron control de gestión y proyectos que ayudaran a la gente en sus problemas cotidianos, y en vez de eso dan vueltas desde el verano con el mismo DNU", lo graficó Mariel Fornoni, directora de Management & Fit. Para Ricardo Rouvier, "la opinión pública desvaloriza a la oposición porque no logra imponer políticas propias", y consideró que la palabra que mejor lo expresa es "desilusión".
Sin embargo, para algunos analistas de opinión, la pequeña mejoría del Gobierno no se explica únicamente en los tropiezos opositores.
Analía del Franco, directora de Analogías, mencionó la enfermedad de Néstor Kirchner (algunos lo llaman "efecto carótida") como un factor transitorio que subió la imagen del ex presidente. El otro punto que consideró clave fue la asignación universal por hijo, que explicaría que el alza mayor sea entre los sectores de bajos recursos.
Por el lado de los candidatos opositores, todos tienen una imagen positiva más alta que el matrimonio Kirchner, y nadie cosecha una imagen negativa tan fuerte. Sin embargo, los principales líderes no kirchneristas aparecen estancados en las encuestas o directamente en baja. Los casos más paradigmáticos son Julio Cobos y Elisa Carrió, que en el último año perdieron 10 puntos de imagen favorable.
Cobos, que por 18 meses había liderado el pelotón de los candidatos con mejor imagen, ahora bajó al segundo, tercer o cuarto puesto, según las consultoras. En cambio, Carrió quedó más lejos de ese primer grupo de postulantes, en torno de los 35 puntos, y no de los 45 que mantienen los líderes de la lista.
En ese primer grupo se ubican Ricardo Alfonsín, Mauricio Macri, Francisco de Narváez, Carlos Reutemann y Cobos (todos muy parejos); y un poco más abajo Pino Solanas y Daniel Scioli.
A pesar de que Alfonsín, la sorpresa del grupo, figura hoy primero en casi todas las encuestas, para muchos es un dato engañoso, porque su imagen positiva es reticente a traducirse en votos, y porque "mide muy bien en la provincia, pero a nivel nacional baja mucho", en palabras de Santiago Rossi, director ejecutivo de Ipsos-Mora y Araujo.
Del resto tampoco hay certezas, con Macri y De Narváez subiendo y bajando según la coyuntura, y Reutemann congelado, igual que su candidatura presidencial.
La falta de liderazgos del equipo de los presidenciables va de la mano de la falta de interés de la opinión pública, que aún no piensa en candidaturas y preferiría que los dirigentes resolvieran problemas cotidianos en vez de pensar en 2011: en ese punto todos los consultores coinciden.
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