Hace 10 días una plataforma petrolera se incendiaba en la costa estadounidense del Golfo de México. Lo que comenzó como un accidente más, acabó siendo una de las catástrofes ambientales más preocupantes de la historia estadounidense. El fuego hundió a la plataforma y del pozo explorado comenzaron a brotar miles de litros de petróleo cada día. La mancha crece minuto a minuto y ya tocó las costas de Luisiana. El fin de semana llegará a Misisipi y Alabama y probablemente el lunes alcance a Florida. Obama ya decretó la emergencia y las cuadrillas luchan por contener la contaminación que no solo amenaza a la flora y fauna del lugar, sino a todas las actividades comerciales y turísticas de la costa este del país.
La enorme ola de petróleo creada por un derrame en el Golfo de México se aproxima a las zonas pantanosas de Louisiana mientras que las tormentas amenazan con impedir los esfuerzos de protección al ecosistema.
La Casa Blanca, por su parte, puso un alto a todos los proyectos petroleros mar adentro hasta conocer las causas del desastre de la plataforma que causó el derrame.
Cuadrillas en botes vigilaban los pantanos busca de zonas donde había llegado la mancha de petróleo, informó la Guardia Costera.
El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó que el domingo habría viento, marea alta y olas que podrían internar al petróleo aún más en las ensenadas, estanques y lagos del sureste de Louisiana. Las olas de unos dos metros llevan el agua varios centímetros por encima de lo normal hacia la costa agitada por varias tormentas.
Las cuadrillas no podrán retirar el petróleo de la superficie o quemarlo en los próximos días debido al estado de las aguas, lamentó la oficial de guardacostas Sally Brice O'Hara al programa "Good Morning America" de la cadena ABC.
Las olas también podrían arrastrar las vallas flotantes colocadas en las orillas para detener el petróleo, agregó Tom McKenzie, vocero del Servicio de Pesca y Fauna, que espera que las vallas flotantes impidan que el petróleo llegue a las islas Chandeleur, que forman parte de un refugio ecológico nacional.
"Lo que debemos saber es si podrán sostenerse ante cualquier tipo de clima adverso", dijo McKenzie. "Y si el petróleo está ahí, ¿superará las barreras aunque estén bien colocadas?", se preguntó el funcionario.
El derrame es, hasta el momento, cinco veces más grande de lo que se había estimado al principio. Largas y delgadas manchas de petróleo comenzaron a llegar a la boca del río Misisipi y a la costa de Luisiana la noche del jueves.
"Es una gran preocupación", dice David Kennedy de la Agencia Nacional Oceanográfica y Atmosférica. "Estoy asustado. Esto es algo muy, muy grande. Y los esfuerzos que harán falta para resolverlo, especialmente si sigue así, serán simplemente enormes".
El derrame podría convertirse en la peor catástrofe ambiental en Estados Unidos en varias décadas, ya que amenaza cientos de especies de peces, aves y otras formas de vida silvestre. La Costa del Golfo es una de las zonas más ricas en mariscos del mundo, con camarones, ostras y otras variedades. El crudo se hace a cada minuto más espeso en las aguas al sur y al este del delta del Misisipi, a unos ocho kilómetros de la costa.
LA MANCHA VORAZ
El derrame en el lecho marino es mucho más grande de lo que se creyó al principio, lo que genera entre los habitantes de Luisiana la sensación de que el gobierno volvió a fallarles, igual que cuando el huracán Katrina azotó la región. El presidente Barack Obama envió a miembros de su gabinete a la zona a lidiar con esta crisis.
Cade Thomas, un guía de pesca en Venice, teme que su forma de sustento esté en peligro y no sabe si culpar a la Guardia Costera, al gobierno federal o a la petrolera BP PLC. "Nos mintieron. Vinieron y dijeron que se derramaban 1.000 barriles cuando creo que sabían que era más. Y no actuaron", dijo. "Ni bien explotó, deberían haber comenzado a rodearlo con vallas".
La Guardia Costera colabora con BP, la petrolera que operaba la plataforma de prospección que explotó y se hundió la semana pasada. Los trabajos incluyen la utilización de vallas flotantes, recolectores de crudo, solventes e incendios controlados contra el derrame.
Según funcionarios del gobierno, unos 5.000 barriles de petróleo por día brotan del fondo del mar desde que la plataforma Deepwater Horizon se hundió a unos 65 kilómetros de la costa. Once trabajadores desaparecieron y ya se los considera muertos.
A medida que la situación se vuelve cada vez más crítica, la empresa BP le pidió asistencia al gobierno estadounidense para estudiar el derrame.
Doug Suttles, director gerente de BP Exploración y Producción, filial de British Petroleum, dijo en una conferencia de prensa que la compañía preguntó al departamento de Defensa si tiene equipos submarinos mejores que los de uso comercial, incluídos vehículos de operación remota y sistemas de transmisión de imágenes.
Si el pozo no puede ser cegado en poco tiempo, casi 100.000 barriles de crudo, unos 4,2 millones de barriles, podrían contaminar las aguas del golfo antes que los equipos de emergencia puedan perforar un pozo de alivio para descomprimir la presión.
El derrame hizo recordar a muchos la tragedia del barco Exxon Valdéz, que causó el peor derrame de crudo en la historia de Estados Unidos, volcando 11 millones de galones en la bahía Prince William de Alaska en 1989 (Ver recuadro). Hoy el desastre podría ser mucho mayor que el de 1989, porque el derrame es directo desde un pozo.
EMPETROLADOS
En Empire, Luisiana, el pescador de ostras Mitch Jurisich puede oler el crudo más allá del agua turbia horas antes de su llegada a la costa. "Ahí es cuando te das cuenta de que está cerca y de repente ves que es real", dijo Jurisich, que pasó las últimas horas recogiendo ostras hasta llenar más de 100 bolsas de tela. También se detuvo a comer algunas, ya que podría ser su última oportunidad de disfrutarlas antes de que el crudo las contamine.
El director de BP, había rechazado el primer cálculo del gobierno del alcance del derrame, pero el jueves reconoció en el programa "Today" del canal NBC que la pérdida podría ser tan grave como dicen los funcionarios. Agregó que no hay manera de medir el flujo de la fuga en el lecho marino y que los cálculos se tendrán que basar en la cantidad que llegue a la superficie.
Las cuadrillas no pudieron activar un sistema de cierre que habría frenado el brote de petróleo desde el fondo, a 1.500 metros de profundidad. Sin embargo ya lograron recuperar del agua unos 18.000 barriles de agua con petróleo y ya arrojaron cerca de 100.000 litros de dispersante, un líquido que “rompe” el petróleo y permite que se lo recoja con mayor facilidad.
El presidente Barack Obama envió a la secretaria de Seguridad Nacional Janet Napolitano, al secretario del Interior Ken Salazar y la administradora de la Agencia de Protección del Medio Ambiente Lisa Jackson para ayudar en la contención del derrame.
Obama dijo que el gobierno usará "todos los recursos disponibles", pero el vocero gubernamental Nick Shapiro dijo que BP se tendrá que hacer cargo del costo de la limpieza. La Casa Blanca informó que las consecuencias de esta tragedia se tomarán en cuenta al planificar el aumento de los proyectos de perforación, y será parte del debate del Congreso sobre el cambio climático.
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, declaró el jueves el estado de emergencia, que le permite liberar recursos en preparación para el arribo de la mancha de crudo.
La Marina enviará 20.000 metros de cercos inflables y siete sistemas de recolección de crudo y usará sus bases en la región para preparar las operaciones.
Diez refugios de vida silvestre en Misisipi y Luisiana están en alerta para proteger a la fauna de la región que se verá afectada por esta tragedia ambiental.
El pronóstico más reciente de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos calculó que la mancha alcanzará las costas de Misisipi y Alabama durante el fin de semana y se extenderá hacia el este, hasta Pensacola, Florida, el lunes.
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