martes, mayo 18

La “madre patria” también quiere “celebrar” con la región

Mientras los países de América Latina celebran los Bicentenarios de sus procesos de independencia, las fiestas encuentran a España desorientada al respecto. La “madre patria” también quiere “celebrar” con la región y organizó la Comisión Nacional para la Conmemoración de los Bicentenarios de la Independencia de las Repúblicas Iberoamericanas. La confusión de Madrid, entre la vergüenza del genocidio que implicó la colonización y los históricos lazos que la unen a esta región, la muestran una vez más dispuesta a “participar” pero no a formular la autocrítica que los pueblos le exigen.

Aunque parezca curioso, España no quiso quedarse fuera de las fiestas del Bicentenario en América latina. Como sucedió en 1992, cuando el gobierno español “celebró” los quinientos años del “descubrimiento” de América –demostrando una vergonzante pirueta de desconocimiento de la opresión que la Corona española infringió al continente durante la colonización–, en Madrid están organizando los “festejos” por los 200 años de emancipación latinoamericana. Por lo visto, la autocrítica se hace esperar y se disfraza de buenas intenciones.

Para tales fines, España creó tres comisiones: la Comisión para la conmemoración del II Centenario de la Constitución de 1812, la Comisión Nacional para la Conmemoración de los Bicentenarios de la Independencia de las Repúblicas Iberoamericanas y la Comisión Nacional para la celebración del Bicentenario de la Guerra de la Independencia. Estarán articuladas por el Consejo para la coordinación de las conmemoraciones de los Bicentenarios del Constitucionalismo español e iberoamericano, que nació el 28 de diciembre de 2007 con el Real Decreto 1770 firmado por el Rey Juan Carlos I.

El Consejo fue creado para “asegurar el buen fin de los actos de conmemoración de los diversos acontecimientos que significaron el desarrollo del constitucionalismo moderno en España y las nuevas Repúblicas Iberoamericanas”. La referencia al “constitucionalismo” fue la justificación que encontró Madrid para unirse a las fiestas de América latina. Por lo menos eso, es lo que se desprende de la información oficial que advierte sobre “la conmemoración del Bicentenario de los acontecimientos que comportaron el desarrollo en España de las ideas políticas del constitucionalismo, la libertad y la democracia, principios hoy vigentes en el ordenamiento constitucional”.

Para Madrid, la Constitución de Cádiz y los procesos de Independencia de las repúblicas Iberoamericanas confluyeron en un “contexto histórico del que surgirían los elementos fundamentales de la identidad política española, de los países que alcanzaron la independencia y de la Comunidad Iberoamericana”. Un devenir histórico que fue enmarcado, destacan en España, por “la confianza en la vigencia de las ideas de libertad, derechos de los ciudadanos y democracia que iniciaron su desarrollo hace 200 años”.

CONVIDADO DE PIEDRA
La Comisión Nacional para la conmemoración de los Bicentenarios de la Independencia de las Repúblicas Iberoamericanas, será dirigida por el ex presidente del Gobierno español, Felipe González, un ex líder socialista que tiene buena imagen en América latina. “A doscientos años de aquel hecho histórico de especial relevancia para las Repúblicas Americanas y para España, se conmemoran los procesos de la emancipación americana con un espíritu de colaboración y acompañamiento –se puede leer en la proclama de la curiosa Comisión–. Pretende España afirmar con esta iniciativa, que los países de América siguen siendo objetivo esencial de su política exterior”.

La Comisión nació el 4 de mayo de 2007, luego de que el Consejo de Ministros aprobara su creación para llevar a cabo un programa de actividades conmemorativas de las independencias americanas. Fue concebida para establecer el contacto institucional entre Madrid y los gobiernos de América latina y tiene como finalidad la preparación, programación, organización y coordinación de todo tipo de iniciativas destinadas a la celebración de estos acontecimientos, impulsando y coordinando las acciones que lleven a cabo tanto las Administraciones Públicas, como las privadas y particulares.

“España quiere acompañar a los pueblos iberoamericanos en esta conmemoración”, justificó el presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero cuando en 2008 comenzó la organización de los actos españoles para el Bicentenario. “España no se puede entender sin Iberoamérica. Sólo al otro lado del Atlántico los españoles descubrieron su verdadera dimensión y las claves de su identidad”, aseguró Zapatero.

A su lado, estaba sentado el Rey Juan Carlos que envió un saludo “al conjunto de naciones libres, iguales, soberanas e independientes nacidas en América hace dos siglos y con las que España está profundamente hermanada”. Juan Carlos también pidió que en los actos de Independencia americana la voz española “sea tenida más en cuenta” para “contribuir generosa y positivamente a crear una sociedad internacional más libre, justa, democrática y solidaria”.

A pesar de la buena voluntad del gobierno y la monarquía española, los documentos y declaraciones oficiales no han hecho, hasta el momento, mención a alguna autocrítica sobre el pasado colonial de Madrid en América. Alguna referencia a la controvertida historia de la Corona española en Latinoamérica sería, en definitiva, una señal indispensable para que las fiestas del Bicentenario puedan mostrar a España y sus ex Virreinatos unidos en los festejos.

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