Por Henry David Thoreau
Un hecho presentado desnudamente es seco. Debe ser el vehículo de alguna humanidad para que nos interese. Es como dar una piedra a un hombre que te pide pan. Ultimamente la moral es todo en todo, y no nos importa si la verdad inferior es sacrificada a la superior, como cuando el moralista fabula y hace que los animales hablen y actúen como humanos. El hecho debe ser cálido, húmedo, encarnado, haber sido respirado al menos. Un hombre no ha visto una cosa que no ha sentido.
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